Por Yanilda Sevilla
¡Seguimos luchando por la justicia y la libertad, sin rendirnos ante la opresión y la violencia!
Mi nombre es Yanilda Sevilla, una mujer nicaragüense de 56 años y la mayor de ocho hermanos. Crié a mis tres hijos como madre soltera, superando la violencia patriarcal de mi ex esposo que creía que las mujeres no debían trabajar y que por ser mujer solo tenía que estar en casa. Abrí mis ojos y luché por sacar adelante a mis hijos.
Fotografía familiares de cortesía de Johnson Tony Merlo Sevilla se encuentra en bicicleta junto a su hermano y hermana en Nicaragua.
En 2018 nos unimos al pueblo nicaragüense que protestaba por las injusticias por la dictadura en Nicaragua. Creamos camisetas en homenaje a las madres que perdieron a sus hijos desde el mes de abril. Sin imaginarlo, pronto me uní al grupo de madres que habían perdido a sus hijos.
Mi hijo Tony, de 22 años y estudiante de Derecho, fue asesinado por la ola de represión de la dictadura de Nicaragua en junio de 2018. Fue la peor noticia que recibí: «TONY SE NOS FUE… LA POLICÍA LE DISPARÓ». Me cuestioné si nuestra lucha había llevado a esta tragedia.
Fotografías familiares de cortesía de Johnson Tony Merlo Sevilla junto a su madre Yanilda Sevilla en Nicaragua.
La pérdida de Tony dejó un vacío en mi corazón que nunca podrá ser llenado. Su sueño de estudiar Derecho y luchar por la justicia se vio truncado de una manera tan injusta y cruel. Cada día es una batalla para seguir adelante, recordando su sonrisa y su espíritu valiente.
Pocos días después, retuvieron a mi hijo mayor, Jean Keoma, durante dos horas. Temiendo por su seguridad, logré exiliarlo en Costa Rica. Pensamos que encontraríamos justicia, pero la represión continuó en 2020, causando más dolor a las familias y asesinando a jóvenes inocentes. La situación se volvió aún más peligrosa y desesperada para las familias como la mía. La incertidumbre y el miedo se apoderaron de nuestro día a día. A pesar de todo, seguimos luchando por la justicia y la libertad, sin rendirnos ante la opresión y la violencia.
Fotografías cortesía de Johnson Tony Merlo Sevilla y Yanilda Sevilla desde actividad de la Asociación Madres de Abril en Nicaragua.
Mi hijo Jean Keoma tuvo que exiliarse en Costa Rica, lejos de su hogar y su familia, por temor a represalias del gobierno. Su valentía y determinación para buscar justicia para su hermano y para tantos jóvenes inocentes asesinados en las protestas me llenan de orgullo y esperanza.
A pesar de todos los obstáculos y el dolor que hemos enfrentado, seguimos firmes en nuestra lucha por la verdad, la justicia y la libertad en Nicaragua. Nuestro amor por nuestros hijos y nuestro país nos da la fuerza para seguir adelante, a pesar de la oscuridad que rodea nuestras vidas.
Nuestra historia es la de tantas familias nicaragüenses que han sufrido la represión y la violencia del gobierno, pero también es la historia de la resistencia y la esperanza que nos impulsa a seguir luchando por un futuro mejor para todos.
- En 2018 el gobierno de Nicaragua cometió crímenes de lesa humanidad. La represión estatal asesinó a 325+ personas. Te invitamos a conocer más sobre Johnson Tony Merlo Sevilla en el Museo de la Memoria contra la Impunidad.
En 2020, la represión de la dictadura en Nicaragua se intensificó, con un enfoque aún más brutal hacia las familias que habían perdido a sus hijos a manos de las autoridades. Sentía el peso de la opresión cuando colocaron a dos policías en moto frente a mi casa y una patrulla en la esquina. Fueron más allá al gritarme que mi hijo merecía lo que le sucedió, mientras profanaban palabras hirientes y alarmantes.
Ante esta escalada de amenazas y hostigamiento, tomé la decisión de proteger a mi hijo menor, Numa de Jesús, quien entonces tenía 17 años. La seguridad y la vida de mi familia eran mi prioridad, y viendo que también buscaban dañar a mi hijo menor, decidí que era crucial buscar seguridad fuera de Nicaragua.
Fotografías cortesía de Yanilda Sevilla exiliada en España.
Así, tomé la valiente decisión de venir a España y solicitar protección internacional. Desde aquí, he elevado mi voz en nombre de cada uno de esos jóvenes cuyas vidas fueron arrebatadas injustamente y por todas las personas que han sido encarceladas por motivos políticos en Nicaragua de la Asociación Madres de Abril (AMA).
Mi lucha por la justicia, la libertad y la memoria de aquellos que ya no están con nosotros continúa desde lejos, pero mi compromiso sigue siendo firme y mi voz se alza más fuerte que nunca. A través de mi activismo y mi testimonio, busco mantener viva la esperanza de un futuro más justo y seguro para todas las personas nicaragüenses.
Escrito por Yanilda Sevilla en Mayo de 2024.