Cada 20 de junio se conmemora el Día Mundial de la Persona Refugiada, fecha en la que se rinde homenaje a quienes han tenido que huir de sus hogares. En el mundo hay 43,3 millones de personas en condición de refugio, esto según datos de la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).
Desde el 2018 Costa Rica es uno de los principales países de acogida de personas nicaragüenses que se han visto obligadas a dejar su país, debido a la crisis sociopolítica que enfrenta Nicaragua, ante ello la mirada se ha puesto sobre el vecino pais que historicamente ha sostenido una tradición de recepción para la población nicaragüense que ha enfrentado diversas crisis.
Los datos revelan que en los ultimos cinco años las solicitudes de refugio se mantenienten constantes, hasta ubicar a Costa Rica como el tercer país a nivel mundial con mayor cantidad de nuevas solicitudes de refugio en 2022, solo superado por los Estados Unidos y Alemania, esto segun el Informe de Tendencias Globales de 2022 del ACNUR.
Desde finales del 2022 se aumenta la dinámica migratoria por el incremento en el número de las personas que ingresan por la frontera sur del país y transitan el territorio nacional en su ruta hacia el norte del continente y particularmente hacia Estados Unidos. En estos movimientos se agrupan a migrantes económicos y a personas con necesidad de protección internacional.
El colapso al sistema de refugio
Segun otras fuentes consultadas del Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS) en su infome de 2023 recoge que Costa Rica alberga a 272.125 personas necesitadas de protección internacional, de las cuales 16.973 son reconocidas como personas refugiadas y 255.152 son solicitantes de la condición, de esta cifra un 90% de las solicitudes pertenecen a personas nicaragüenses.
Este mismo organismo resalta como parte de sus datos recolectados que Costa Rica ofrece un tiempo de respuesta de 10 años promedio para resolver un caso de solicitud de refugio -ningún otro país del continente tiene un periodo de respuesta tan prolongado- y que por supuesto es la primera gran barrera de este sistema de protección, por ello la cantidad de casos sin respuesta y el colapso al sistema de atención, entre otras muchas dificultades que atraviesa su régimen de protección internacional.
Fotografía cortesía por República 18
A esto se añade que el sistema migratorio costarricense tienen grandes retos en materia de protección e integración, como ampliar las oficinas de atención a solicitantes de refugio, disminuir los tiempos de espera, crear otras categorías que reduzcan la carga del sistema de refugio con mecanismos accesibles para las personas solicitantes de refugio y reconocidas como refugiadas.
Para el caso de las mujeres debemos acotar que enfrentan mayores riesgos en sus procesos migratorios y es cuestionable que se les vea como cifras que desdibujan la realidad. Para el año 2023 según el informe anual de estadísticas por parte de la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica, ingresaron 28.431 solicitudes de refugio por parte de nicaragüenses 11.497 son mujeres y niñas, un poco más de 40% de estos datos que nos revelan cómo las mujeres y niñas representan una atención importante y siguen saliendo de Nicaragua en grandes cantidades.
Sin embargo, se sigue sin problematizar las razones de fondo que las obligan a salir de Nicaragua y los contextos en los que hoy se encuentran. Para las migrantes y refugiadas sus realidades pueden ser incluso más complejas a causa de la violencia y la invisibilización por su estatus migratorio, atraviesan situaciones precarias e inhumanas que en muchos casos las están obligando a retornar al país del cual huyen.
Ante ello, el reto de este sistema es reconocer que ya no tiene la capacidad de atención, que su sistema colapsó y que requiere del apoyo interno y externo para mejorar las condiciones de sus sistema de protección. Para el caso de las niñas y mujeres, es necesario comprender las condiciones particulares, con sus necesidades y sus propias demandas para poder hablar de un sistema incluyente que también reconozca representan una población muy numerosa en un contexto tan difícil como el que Costa Rica atraviesa con su régimen de protección internacional.
Sobre la autora: KaryVal. MSc en Estudios sobre Migración por parte de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Se ha desempeñado en proyectos sociales y de investigación en la región.