Hola, soy Rosalía Nazareth Maynard Arrechavala, soy nicaragüense y actualmente vivo en Costa Rica desde hace ya cinco años. Me vine un 13 de agosto de 2018 huyendo de la persecución política en Nicaragua. Les voy a contar un poco sobre mi historia y cómo llegué a vivir en Costa Rica.
Básicamente, todo empezó desde muy chica, cuando comencé a entender que había cosas que me parecían injustas y simplemente sentía que no me podía quedar callada o quieta. Recuerdo sentir una especie de incomodidad en el pecho cuando era testigo de una injusticia.
A medida que fui creciendo, estas incomodidades fueron tomando forma y entendí lo que quería para mí y para mi país.
Recuerdo tener muy claro un descontento inmenso con el sistema político de mi país (sin mencionar el descontento inmenso con el sistema machista en el que vivimos). Como no podía ser de otra forma, me empecé a vincular con el activismo, principalmente el feminista, lo que a su vez me llevó a hacer resistencia contra el gobierno de mi país.
En el 2018, recuerdo claramente las primeras formas de manifestaciones que hacíamos en Centroamérica y cómo poco a poco las protestas se hacían cada vez más fuertes, así como la represión. Sentí que era mi deber exponer todas las violaciones a los derechos humanos que se estaban cometiendo en Nicaragua.
Me encargaba de llevar suministros a los tranques, viajé a Costa Rica para denunciar y me encargué de contactar con víctimas de la represión para apoyarles en todas las formas posibles.
Hasta que me tocó a mí, me llamaron, me asediaron y me amenazaron, hasta que el 13 de agosto crucé la frontera hacia Costa Rica con mis maletas de madrugada y de manera irregular. Recibí el mejor apoyo del mundo de mi amiga Marina Chaves, a la cual jamás dejaré de estar agradecida.
Cinco años después de pasar xenofobia, hambre y muchas veces sin tener a dónde vivir, por fin puedo decir que me establecí de manera más estable y tranquila. El camino fue muy duro y traumático, pero solo puedo concluir que migré para vivir.